sábado, junio 30, 2007

viernes, junio 29, 2007

DE SAMARCANDA A PARÍS

La parisina Ópera de la Bastilla alumbró hace más de un año las primeras palabras del escritor Amin Maalouf destinadas a un pentagrama: Adriana Mater. Kaija Saariaho, compositora finlandesa, las vistió con música y Peter Sellars imaginó el gesto y el paisaje en la escena. Yo me hallaba por esos días en la capital francesa, pero no hubo manera de encontrar entradas disponibles, y desde entonces mi frustración me obliga a practicar a menudo en público el masoquismo de averiguar qué es lo que me perdí. Alex Ross, pongo por caso, crítico del The New Yorker, hace aquí un ejercicio de literatura para describir la música.

Según contaron las crónicas, el libreto, ya a la venta, gira en torno al tema más recurrente en toda la obra de Maalouf, la identidad, aquí sostenida por las asas de la maternidad y la violencia étnica. Otros críticos aseguran que, como todas las grandes obras, Adriana Mater te deja las manos rebosantes de patatas calientes. La que más arde: "¿es posible el perdón en circunstancias extremas?" A la espera de que se decidan a grabar la música, me consuelo con las palabras de Maalouf. De manera especial, estas patatas calientes para consumo de fundamentalistas del patriotismo. A soplar:


Cuando me preguntan qué soy "en el fondo de mí mismo", se da por supuesto que hay, "en el fondo del fondo" de cada uno, una sola pertenencia importante, su "verdad profunda", por así decirlo , su "esencia", determinada una vez por todas al nacer, y que permanecerá invariable; como si el resto, todo el resto -su trayectoria de hombre libre, las convicciones que ha adquirido, sus preferencias, la propia sensibilidad, sus afinidades, su vida, en definitiva,- no contara para nada. Y cuando se incita a nuestros contemporáneos a "afirmar su identidad", como a menudo se hace hoy, lo que se les está diciendo es que deben encontrar en el fondo de si mismos esta pretendida pertenencia fundamental, que a menudo es de cariz religioso, o nacional, o racial, o étnico, y blandirla orgullosamente ante los otros. Si alguien reivindica una identidad más compleja se encuentra marginado.

Las identidades que matan

Amin Maalouf

ACTUALIZACIÓN: ÓPERA PUNK? Esta es la imagen con la que el NYT corona la crítica de un nuevo estreno operístico en la Bastilla, "Les Temps des Gitans", adaptación del film homónimo imaginado por el director de cine Emir Kusturica, firmante también de su reconversión en ópera. Ambas obras, ésta y Adriana Mater, surgen de la voluntad del director general de la Ópera Nacional de París, Gerard Mortier, uno de los más solventes renovadores de este género como espectáculo.

jueves, junio 28, 2007

INTELIGENCIA TONTA

El crítico musical Greg Sandow dejó escrito hace un tiempo en su blog que los músicos sinfónicos estamos convencidos de que nuestro repertorio es mucho más inteligente que el de otras músicas de hoy, de factura mucho más elemental. Pero Sandow, enumerando una serie de aspectos que caracterizan hoy el trabajo de las orquestas, se pregunta qué tiene de inteligente la manera como presentamos la música sinfónica en la actualidad. Con las palabras de Sandow:



-¿Es una prueba de inteligencia tocar disfrazado con un frac -por cierto, la Filarmónica de Berlín ya no lo usa - un uniforme que dice más sobre la clase social que antes apoyaba a la música clásica, que sobre la naturaleza misma de la música?

-¿Es una prueba de inteligencia programar un concierto con obras sin ninguna interconexión, sólo para hacer la velada lo suficientemente larga?

-¿Es una prueba de inteligencia tocar las mismas obras una y otra vez sin explicar al público por qué su audición es importante para sus vidas?

-¿Es una prueba de inteligencia marginar de las programaciones las músicas de hoy, y no sólo la música contemporánea, sino también otras músicas nacidas en el siglo XX?

Las orquestas insistimos en casi todos estos aspectos que, en vez de resaltar la supuesta inteligencia privilegiada de la música clásica, de la que presumimos, lo que consiguen, en cambio, es desproveerla de sus valores al enmarcarla en un contexto que apesta a naftalina. Y es que si sólo se programan las obras más populares, sin nada alrededor que se les dé un significado, las orquestas caemos en un círculo vicioso de rutina que impide nuestro desarrollo. Una inteligencia, en fin, muy tonta.

miércoles, junio 27, 2007

AUTENTICIDAD

EDWARD SAID: La autenticidad también consiste en justificar el presente en relación con el pasado. Es un error pensar que la autenticidad busca el pasado. Se trata siempre del presente, y de cómo el presente ve y reconstruye el pasado, el pasado que quiere.

DANIEL BARENBOIM: Si aceptamos la premisa de Edward de que se trata de una imagen del presente, entonces tenemos una imagen bien pobre del presente, porque nunca ha habido una generación tan preocupada por el pasado como ésta. En arqueología es frecuente ver ciudades que se construyeron encima de otras ciudades. Nosotros no tenemos el valor de dejar atrás aquellas cosas que hay que dejar atrás y seguir adelante. En mi opinión eso es parte del mal que aqueja a la sociedad moderna. La diferencia entre el movimiento de autenticidad y la forma en que Schumann, Mendelssohn o Wagner interpretaban a Bach o Beethoven es que ellos eran auténticamente modernos. Ellos luchaban para llevar el pasado a sus tiempos. Muchos de los miembros del movimiento de nuestros días dan por sentado que siguen una tendencia muy moderna, cuando en realidad lo que hacen es volver atrás por su incapacidad para transformarlo en algo contemporáneo (...) ¿Tratar de reproducir el pasado? La palabra "reproducir" de por sí ya es un signo de pobreza.

martes, junio 26, 2007

MECANO

De Hawaii a Bombay la excelente Orquesta Sinfónica de Tenerife, dirigida por la inteligencia de Víctor Pablo Pérez, montó este Mecano:

lunes, junio 25, 2007

LA LOCURA DE LA INVESTIGACIÓN

Una tal Eva Cybulska afirma que las dieciocho veces que se repite el tema en el Bolero de Ravel constituyen una prueba concluyente de que el compositor francés padecía de Alzheimer. Es decir, que hay una rama de la locura que se dedica a la investigación. Lo más curioso, sin embargo, es que la Sra. Cybulska asegura que es psiquiatra en lugar de loca. Está claro que miente, aunque no por el diagnóstico en sí, sino porque éste se publicó en la edición de mayo de 1997 del British Psyquiatric Bulletin. Cuando yo iba al colegio éramos los alumnos, y no los profesores, los que redactábamos las noticias que aparecían en el boletín escolar. Del mismo modo, es muy probable que el boletín británico de psiquiatría esté redactado por los pacientes, y no por los médicos. Para no amargarles el día, obvio ahora desarrollar mi teoría sobre quién se esconde detrás de algunas leyes publicadas en el Boletín Oficial del Estado. De nada.

sábado, junio 23, 2007

ESTALLIDO INTERIOR

Los fuegos artificiales son hogueras con estudios superiores. Éstos, incluso, han conseguido un Máster en alquimia por la Universidad de Händel. Una vez ajustado el volumen de los altavoces a la impaciencia de los vecinos, enciende la mecha del play con un chispazo de la noche de San Juan y deja que esta pólvora tan sabia estalle dentro de ti. Convertirá tu carbón en oro. Sin artificios.


viernes, junio 22, 2007

UNA VOZ AZUL CIELO

Estos días los sinfónicos del Vallés hemos podido comprobar como la inmunoglobina y el cortisol rebosan del cuerpo del tenor José Bros, propietario de una voz transparente a través de la cual admiras la belleza de las óperas del pasado con una nitidez de alta definición. Dentro de unas horas, todos los melómanos que se acerquen hasta el Teatre Principal de Sabadell podrán purificarse, bajo la batuta del talentoso y teatral Roberto Rizzi-Bregnoli, asistente de Ricardo Mutti en la Scala de Milán, con la limpieza de una de les gargantas responsables de colocar el adjetivo “Bel” antes de “Canto”.

Y si unos añaden adjetivos, otros borramos sin querer los sustantivos: tras ensayar por vez primera la obertura verdiana de “La Forza del destino”, el maestro Rizzi nos dijo: “He podido leer en su interpretación la preposición “de” y el artículo “La”, “ma” no he hallado en ningún compás ni la “Forza” ni el “Destino. Otra vez, por favor” . Y acto seguido, como por arte de magia, de nuestro orgullo brotaron los sustantivos que faltaban.

Si la voz de María del Mar Bonet era de color azul marino, la de José Bros es azul cielo. Mar y cielo, hace tiempo que no pisamos tierra firme. Volamos.

José Bros y Editha Gruberova, "I puritani", Bellini

jueves, junio 21, 2007

MANTENED LA LUZ ENCENDIDA

Hoy, Día Internacional de la Música, creo obligado echar una luz sobre uno de los muchos papeles que debería jugar hoy la orquesta sinfónica en nuestra sociedad. Porque advierto de que ha caído en el olvido que una parte muy importante del repertorio de una orquesta, incluso la orquesta misma como estructura, se desarrolló en una época de la historia a la vez que los valores que han dado carta de identidad a Europa, a saber: la razón como instrumento principal de interpretación del mundo, el ejercicio responsable de la libertad individual, la tolerancia y el laicismo. En la actualidad, por motivos que todos conocemos, -sólo hace falta leer la prensa-, estos valores son cuestionados día sí y otro también, por lo que urge hacer todo lo que esté en nuestras manos, y nunca mejor dicho, para conservarlos indelebles en la memoria colectiva.

Y es que uno de los pocos testigos que sobrevive de aquella época, su memoria sonora, es la orquesta sinfónica, que cada fin de semana difunde la herencia de las ideas iluminadas en los auditorios de todas partes a través de la música que en cierto modo las encarna: Haydn, Mozart, Beethoven y simpatizantes. Considero que va en contra de nuestra dignidad como artistas dejar este patrimonio a la intemperie, colgado desnudo en la oscuridad de un programa de rebajas, sin comunicar al público, con todos los medios que el siglo XXI nos pone al alcance, el convencimiento de que la luz de estos valores, que iluminó nuestro pasado, es la que nos debe seguir guiando en este presente convulso. Feliz día.

miércoles, junio 20, 2007

LA MEJOR DEFENSA

Si tu cuerpo está bajo de defensas, canta: unos investigadores de la Universidad de Frankfurt llegaron a esta conclusión hace cuatro años una vez analizada la sangre de los miembros de un coro. El caso es que el examen de las muestras, extraídas mientras los cantantes entretenían las cuerdas vocales con el Réquiem de Mozart, reveló un nivel muy elevado de inmunoglobina, y cortisol, dos sustancias responsables del óptimo funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.

Una semana después, durante la cual el coro habían permanecido inactivo, repitieron los análisis: los dos elementos químicos mencionados habían recuperado sus niveles cotidianos. Dejo que sea el profesor Hans Gunther Bastian quien ponga el punto final a este texto haciendo un llamamiento a la práctica de la música por prescripción facultativa: "Las actividades musicales pueden influenciar de manera positiva no tan sólo factores fisiológicos, sino también la autonomía del sistema nervioso."

martes, junio 19, 2007

EGOÍSMO

Suelo aconsejar a mis adolescentes alumnos de violín y viola que no se dediquen profesionalmente a la música, sino que cursen cualquier otra carrera. Y es que más que músicos, nos urgen abogados, ebanistas, médicos, todo el etcétera, en fin, de las carreras universitarias y técnicas, que alguna vez hayan participado de manera activa en la experiencia de la música. La supervivencia de la música clásica depende más de ellos que de los intérpretes. Dime egoísta.

lunes, junio 18, 2007

PERFIL DE AGUA

Cuanto más se acerca la música al silencio más difícil resulta su interpretación. A veces la vida de una partitura pende de un hilo de sonido, tan fino como la crin del arco con el que recorres a menudo su liviana geografía, reprimiendo el susto de romperlo que sientes al acecho en la boca de tu estómago. Lo decimos con un idioma que sabe dulce al paladar: “pianíssimo”. Pero no es suficiente - las palabras nunca lo son -, o acaso esperas que el director lo describa con otras menos precisas, las que sin decir nada lo dicen todo, las que le convierten en el mago que deslumbra a la audiencia a costa de una chistera y un conejo.

Insisto, “pianíssimo” no basta, aunque la batuta lo escriba en el aire, o lo pronuncie con dos terrones de azúcar en las eses gemelas. Muchos directores, sin embargo, desconocen que son poetas del sonido, y en esos momentos que invitan a las confidencias, desearía que a mí, a todos, músicos de silla, nos recitaran versos. Pero la gran mayoría prefiere leer en prosa, y aderezada con vocablos extranjeros, la poesía de una sinfonía. En defensa propia te obligas entonces a repetir sin pausa, mientras sigues con los ojos el deslizamiento del arco sobre el metal tensado de la cuerda: perfil de agua, perfil de agua, perfil de agua… hasta que alcanzas la orilla opuesta, miras atrás y descubres el rastro blanco de la resina, la huella del hilo, que luego borrarás con un paño sin poder evitar los remordimientos por destruir la única evidencia visible del paso por tu vida de un invisible muy bello, las cenizas del poema.

Todo sonido en el lindar de la nada nos obliga a sostener la respiración, como si una voz desconocida estuviera revelando en público nuestros pensamientos más íntimos. La dinámica que nos aproxima al principio y final de todas las cosas, al silencio, traza con notas el rostro invisible de la emoción, su perfil de agua.

sábado, junio 16, 2007

MÁXIMAS MÍNIMAS

"Sólo hay dos maneras de resumir la música: o es buena o es mala. Si es buena no le das más vueltas, simplemente la disfrutas."

Louis Amstrong.

Ilustración: Vizcarra

jueves, junio 14, 2007

HERIBERTO CARAJANO

Ojos que no miran y brazos que no abrazan son dos negaciones que resumen la puesta en escena de toda una vida dedicada a la busca de un sonido estupefaciente. Lo encontró, pero a un precio prohibitivo: la muerte de la música por sobredosis. Como un Hitchcock cualquiera, aquí le vemos disfrazado de mexicano (???) en el reparto de una "Carmen" cinematográfica que él mismo dirigió en 1967.

Herbert von Karajan, un director óptimo.

Heriberto Carajano, un geógrafo pésimo.

miércoles, junio 13, 2007

JB

El repiqueteo de los cubitos de la orquesta contra las paredes de la partitura puntean una jarana declamada a trompicones con sincopada insistencia. Sírvete el tercer JB de esta noche tan larga. Salud.

martes, junio 12, 2007

PROFECÍA

En una ciudad cualquiera de un futuro indeterminado, la unión de un director de orquesta creativo, un gerente genial y una orquesta de músicos talentosos revolucionará el mundo de la música sinfónica. Y yo, entonces, podría salvarme.

Interpretarán obras abarcando los estilos más dispares. Así, lo mejor del jazz, la música para el cine y el teatro, la contemporánea no onanista, la moderna sin las muletas del chim-pum, la de culturas lejanas que ya no lo serán tanto, y otras, compartirán espacio sonoro en un mismo programa con el repertorio tradicional de una orquesta que, no teman, seguirá constituyendo el eje central de su actividad. Además, todos los conciertos serán temáticos, pero sin caer en didactismos infantiles porque un auditorio no es una escuela para adultos, invitando a la reflexión o simplemente al goce lúdico. Y yo, entonces, podría salvarme.

Los músicos de la orquesta y el director ya no serán confundidos por camareros en el bar del auditorio, pues su indumentaria consistirá en un sobrio y elegante traje contemporáneo, ideado por un diseñador abstemio y alérgico a cualquier tipo de sustancia alucinógena. Que alguno habrá en el futuro, por Dios. Y sí, entonces yo podría salvarme.

Desaparecerán las butacas sin visibilidad de su sala de conciertos, pues gracias a un convenio con una emisora local y una multinacional ineludible, como todas, uno de cada dos asientos dispondrá de una pequeña pantalla de vídeo que, entre otras funciones, acercará al público los rostros de los intérpretes en pleno proceso de dar a luz una obra de arte. Y yo, entonces, podría salvarme.

Los programas de mano dejarán de parecerse a las necrológicas de un periódico o a las ponencias de un congreso de forenses. Sus portadas serán diseñadas por artistas locales y en su interior, relatos de ficción de autores respetados aguardarán impacientes a que la ávida mirada de un lector les descubra el alma oculta entre sus palabras. Y yo, entonces, podría salvarme.

Pero no, no me salvaré. Porque cuando se cumpla esta profecía ni tú ni yo estaremos aquí para verlo. De modo que tendré que resignarme a que me sigan pidiendo un café en el bar del auditorio, a tocar notas sin música muchas noches de concierto, a leer con asco las mismas autopsias en los programas de mano, a que se me ponga cara de tonto cada vez que tomo siento en una butaca sin visibilidad, a que el director le dé la espalda a su tiempo también cuando no dirige. En resumen, a que nadie tenga el valor para abrir de par en par las ventanas de la música sinfónica para que entre aire fresco.

No, yo no estaré aquí cuando un director de orquesta creativo, un gerente genial y una orquesta de músicos talentosos anuncien al mundo desde una ciudad cualquiera de un futuro indeterminado: "La música clásica ha muerto. Viva la música ". Estoy condenado.

lunes, junio 11, 2007

SILENCIO

Nunca leeré a reseña de un concierto excelente. Las palabras son tan minúsculas que por más que se intente disimular su corta estatura calzándolas con adjetivos de altos tacones, jamás alcanzarán ni a esbozar siquiera el perfil de una interpretación. La frustración puede conjurarse repitiendo esa expresión histérica desprovista de su sentido que se grita en el auditorio. Un vocablo convertido en una onomatopeya. El rugido de un animal: bravo.

Y es que la calidad de un concierto es directamente proporcional a la cantidad de frases necesarias para narrarlo. Ya lo dejó dicho un director que escribía poemas en el aire con el filo de su batuta : "en la interpretación de una obra hay muchos noes, pero un sólo sí.

Sé que nunca leeré la reseña de un concierto excelente. Aún así, obstinado, entre tanta locura descrita al detalle, busco cada día en los periódicos una ventana por donde huir de la realidad. Una página en blanco debajo del nombre de los intérpretes, porque el concierto más sublime es el que invitándote al silencio te descubre el verdadero valor de todas las palabras

sábado, junio 09, 2007

MÁXIMAS MÍNIMAS

"Mucho periodismo musical consiste en gente que no sabe escribir entrevistando a gente que no sabe hablar para gente que no sabe leer."

Frank Zappa


Cortesía de Castpost

G-Spot Tornado, de Frank Zappa

viernes, junio 08, 2007

ECUALÍZATE

Perdiendo el tiempo por la zona comercial de Internet, he descubierto una prenda de vestir ideal para músicos inquietos: la ecualiseta, una camiseta con ecualizador incorporado que convierte en luz los sonidos que caen en la red metálica de su micrófono adjunto, desde la flauta mágica de Mozart hasta la lavadora de John Cage. Recomendada, en fin, para todos aquellos desacomplejados intérpretes que se sienten como pez en el agua frecuentando los suburbios más canallas de la música clásica. Como yo, sin ir más lejos.

jueves, junio 07, 2007

NO PEDIRÉ PERDÓN

Tico Tico. Carmen Miranda

Que sean las curvas de Carmen Miranda las que al compás del "Tico Tico" abran la puerta de este texto sinfónico, se les antojará una excentricidad a aquellos cuya miopía mental les impide un efoque preciso del futuro de la música sinfónica. El caso es que en una mesa redonda en la que participó el violonchelista Lluís Claret, alguien comentó que habría que incluir tangos y “rock and roll” en las programaciones de las orquestas sinfónicas. La respuesta de Claret llegó unos meses después a través de una entrevista que le hice para la revista de los sinfónicos del Vallès. "Pronto tendremos que pedir perdón por tocar a Schumann. Si los Rolling Stones no incluyen a Beethoven en sus actuaciones, no veo por qué nosotros tenemos que tocar “rock and roll” en las nuestras."

Por supuesto, en mi caso antes muerto que pedir perdón por tocar a Schumann, como tampoco, salvando las distancias, jamás pedirá disculpas Ronaldinho por sus regates de ciencia ficción: es genético; pero quizá sí debamos excusarnos por toda la buena música de muy diversos géneros cuya existencia sigue siendo ignorada por la mayor parte de las orquestas del planeta. Pienso a bote pronto en cierta música de cine, a la cual suele dedicársele de vez en cuando un programa especial, pero tiene absurdamente prohibido compartir atril con Beethoven y simpatizantes.

Y es que yo sostengo que toda orquesta debería aspirar a convertirse en un reflejo sonoro de la sociedad actual. El logro de ese objetivo, sin embargo, demanda una apuesta tranquila a la vez que desacomplejada por la ampliación de estilos en el repertorio. De hecho, sólo hay un requisito que debiera exigírsele a la programación de una temporada sinfónica: calidad en todas sus vertientes, pero nunca la discriminación de géneros.

En estos tiempos, el marco que encuadra el acontecimiento de un concierto clásico está obsoleto y precisa de una actualización pausada, aunque sin titubeos. Los músicos de la Filarmónica de Berlín, por ejemplo, no sólo no piensan pedir jamás perdón por tocar Schumann, sino que incluso parecen pasárselo estupendamente rediseñando con sus instrumentos las peligrosas curvas de Carmen Miranda. Es más, se me antoja que la paleta de colores sonoros de la copia sinfónica resulta mucho más rica y sugerente que la del original. Que sean, pues, los filarmónicos los que, para escándalo de miopes, cierren la puerta de este texto al compás del "Tico Tico". Nos vemos.

Tico Tico. Filarmónica de Berlín

martes, junio 05, 2007

DECONSTRUCCIÓN DE UNA CRÍTICA

La Vanguardia
La voz del chelo
JAUME RADIGALES - 04/06/2007
ORQUESTRA SIMFÒNICA DEL VALLÈS
Obras de: Weber, Schumann y Brahms
Solista: Lluís Claret
Director: Jordi Mora
Lugar y fecha: Palau de la Música: (2/ VI/ 2007)


El oficio de crítico y/ o comentarista musical obliga a veces a hacer incómodos dobletes. (aunque no represente una fortuna, económicamente no debe resultar demasiado incómodo) Y cuando uno no tiene el poder de partirse en dos (miente, él tiene ese poder: se va a partir en dos en breves momentos) está obligado a ceñirse a las limitaciones de tiempo y espacio: y ante la obligación de hacer una transmisión radiofónica desde el Liceu, (cuando alguien con un mínimo de ética profesional no puede partirse en dos, renuncia a una de las dos obligaciones) quien estas líneas suscribe no pudo quedarse a escuchar la segunda parte del concierto del sábado en el Palau,(ya os lo dije, acaba de partirse en dos) con lo que nos perdimos ( ese plural chirría cuando la crítica la firma un singular) la audición de la Cuarta sinfonía de Brahms. (pues se perdió la mejor interpretación sinfónica de la temporada de la orquesta.)


Concedidas - esperemos- las disculpas del amable lector,( el amable lector seguro que le concede las disculpas; yo, no, si me las hubiera pedido, que no lo ha hecho) pasaremos a (la preposición es importante: primero, “pasar a”; después, “pasar de” Brahms: un pasota, en fin) comentar lo que fue una primera parte que empezó en horas bajas, (eran la siete de la tarde, anochecía),con una lentísima obertura de la ópera Oberón de Carl Maria von Weber,( cierto, eso no lo niego) que no impidió oír buenas ideas en la labor de Jordi Mora, ( Jordi Mora, de profesión: sus labores. Y acaba de descubrir porque Oberon sonó lenta, enhorabuena. Lástima que no sepa relacionar la lentitud con las ideas del director ) pero sí con algunas lagunas en la precisión de algunas secciones de la Simfònica del Vallès, (si usted conociera lo que denomina su oficio, sabría que las imprecisiones son la salsa de los conciertos en directo) orquesta de rendimiento meritorio (desde luego mucho más meritorio que esta crítica minusválida) pero que a veces acusa falta de ensayos, quizá por falta de un mayor apoyo institucional. ( “quizá”, un adverbio admirable por su equidistancia: con su uso en este contexto no molestas al poder al mismo tiempo que le guiñas un ojo a su víctima. Y sí, el apoyo institucional es insuficiente, pero lamento informar que no tiene nada que ver con las imprecisiones)

Nos gustó mucho, eso sí, ( “eso sí” en contraposición a un eludido “eso no” de todo lo anterior) Lluís Claret, que desafió ( era Schumann quien desafiaba a Claret) y superó el reto de tocar una de las páginas mayúsculas de cuantas el siglo XIX legó para el violonchelo: el Concierto en la menor de Robert Schumann, que permite que la voz del instrumento cante una abstracción poética a la que es difícil resistirse.

Sabia dialéctica

El maestro Claret (Claret es el maestro mientras Jordi Mora se dedica a sus labores) estuvo ciertamente inspirado (ciertamente) y fraseó con elegancia ( "elegancia", el comodín preferido de los críticos), además de entablar una sabia dialéctica entre instrumento y orquesta, bajo la mimada batuta de Jordi Mora. ( no, la batuta no estaba mimada, monada. El concierto de Schumann se ensayó sólo dos veces, pues Mora, como es común en todos los directores, centró los ensayos en la Sinfonía. Alguien con un mínimo de perspicacia hubiera advertido que el director no levantó la vista de la partitura en todo el concierto de Schumann. Resumiendo: su dirección en este caso merece el adjetivo menos mimado del diccionario) Se notó en las maneras del violonchelista andorrano que ama el romanticismo (eso es una redundancia), y que sabe cantar con propiedad, (¿intelectual?) cediendo la voz al instrumento para que sean sólo las notas (las notas no son música) lo que quede en la memoria del espectador.(la desfachatez de este crítico, en cambio, no dejará ninguna huella en mi memoria. Soy un desmemoriado)

lunes, junio 04, 2007

CUERPOS DE PAPEL

Las partituras de alquiler ocultan en su interior breves retazos de vidas anónimas. Además de "esas garrapatitas que vemos en los hilos telegráficos de la música" como Azorín describió las notas, contienen indicaciones escritas a lápiz o a pluma de casi todos los músicos que recuperaron los latidos de su corazón de tinta durante un breve espacio de tiempo.

Algunos garabatos construyen pequeñas obras de arte pop, como el dibujo de una taza de café humeante que descubrí, a modo de metáfora de doce compases de espera, en una vieja partitura alquilada de una zarzuela. Otros, en cambio, te sorprenden disfrazados de onomatopeyas del aburrimiento: una fila india de zetas escritas al principio de un molto adagio cuya nota más corta era la Virgen del solfeo, una blanca inmaculada.

Sin embargo, los que más abundan son los autógrafos de los músicos que una vez insuflaron un efímero aliento de vida a esos cuerpos inertes de papel. Huellas gráficas de su paso, cuales turistas, por los monumentos de la música: ("Pedro López estuvo aquí, 1963" Concierto de Aranjuez ). Por contra, a no todos los textos hallados les cuelga un apellido, en particular a los que se esconden en las partituras alquiladas de música contemporánea, siempre fértiles en comentarios huérfanos. De entre esos anónimos, confieso mi debilidad por una rima descubierta en la última página de una obra de estreno. Una prueba irrefutable de que cierta música de nuestro tiempo invita a la poesía. " Al terminar esta faena / sea grande o sea chica / tírese de la cadena / no se manda/ se suplica /".

Las partituras son paisajes de notas derramadas donde yacen, como hojas muertas, las memorias de sus intérpretes.

domingo, junio 03, 2007

RITUAL DE APAREAMIENTO

Como dos pájaros escenificando la llamada de la naturaleza, el ritual de apareamiento de estas extremidades de pianista empieza con un cortejo, el de la mano izquierda a la derecha. El final, sin embargo, será el de un amor platónico. Y es que si tras ser testigo del espectáculo sientes tu alma tocada por la alegría, será porque sus cuerpos nunca llegaron a tocarse. Digámoslo ya, el inmenso Sokolov bordando Le Tic-Toc-Choc de Couperin. Música que para buscarte las cosquillas en el músculo del sentimiento. Déjala que las encuentre. Por favor, sonríe.

sábado, junio 02, 2007

MÁXIMAS MÍNIMAS

"Componer no es difícil, lo complicado es dejar caer bajo la mesa las notas superfluas."

Johannes Brahms.
















Hoy, a las 19:00 h., la Cuarta Sinfonía de Brahms mostrará su bíceps cerebral en el Palau de la Música Catalana de Barcelona.

viernes, junio 01, 2007

TRES HURRAS POR ROBESPIERRE

Tras peinar las barbas de Brahms por cuarta sinfónica vez, ayer llegó el momento de iluminar su sombra histórica: Schumann. La correcta visibilidad de su concierto para violonchelo, primo hermano del de Mendelssohn para violín, depende de enfocar el cañón de luz de manera que ensalce sus virtudes, el discurso romántico de la parte solista, -interpretada en este caso por Lluís Claret-, a la vez que ensombrezca sus carencias, una orquestación que parece comprada en una tienda de artículos ortopédicos de segunda mano.

El caso es que mientras Claret desnudaba la partitura para dejar al descubierto sus ensimismadas curvas melódicas, recordé de pronto que Stefan Zweig consideraba el Romanticismo mayúsculo como la huída de Occidente, decepcionado por el fracaso de los ideales inspirados por la Revolución Francesa, a las tierras altas de la imaginación. Schumann, entre otros muchos, es un vivo ejemplo de lo fructífero de ese exilio continental, aunque al compositor le costara la vida, extraviada en el intrincado laberinto que la locura diseñó en su mente.

El romanticismo tan intenso por tan introvertido de este concierto no sólo te desembozará las arterias, sino que tendrá además la delicadeza de plantarte lirios en el jardín de tus sentimientos. Cada vez que su perfume te embriague no te olvides de lanzar al viento tres hurras por Robespierre.

Concierto para violonchelo, de Robert Schumann

Solista: Pierre Fournier