viernes, mayo 18, 2007

REFLEXIÓN

A la hora de idear la programación de la temporada, las orquestas sinfónicas deberíamos plantearnos qué queremos comunicar, qué reflexiones deseamos provocar en el oyente y de qué compromisos con el mundo son testigos las obras que interpretamos. Cualquier concierto que no contemple estas premisas sólo es un ligero "divertimento", una píldora más de las muchas que en nuestro tiempo garantizan un sueño sin culpa a nuestras conciencias. Más que arte son artificios.

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