martes, noviembre 28, 2006

UNA PRIMAVERA ESCANDALOSA

Tras su estreno muchos fueron del parecer que aquella primavera nunca llegaría a consagrarse. La de Igor Stravinsky, quiero decir; la estacional ya había alcanzado la cumbre: era el 29 de mayo del 1913 cuando el público, congregado en el Theatre Champs Elysées de París, decidió de pronto consumir la interpretación de la obra con el tenedor de la "E" mayúscula de "escándalo", agresión ortográfica que convirtió Le sacre de printemps en Le masacre du printemps.Y es que algunos contrarios y partidarios de la partitura decidieron resolver sus diferencias al día siguiente en un duelo a muerte. Obviaron que ésta también resuelve las semejanzas.

El caso es que Picasso, Proust, Cocteau, Gertrude Stein, Ravel y Debussy acudieron al estreno del Stravinsky más "estranyisnki" de entonces, coreografiado por Nijinsky. (Stravinsky-Nijinsky: la ironía de una rima infantil para una música sin rima). Tú y yo no pudimos ir... hasta ahora: vía Alex Ross me entero de que la BBC tiene entradas para todos, Riot at the Rite: una ficción que reproduce el día de la consagración mayúscula del escándalo.

martes, noviembre 21, 2006

SEGUROS DE VIDA (I)


Casals: "Yo soy músico, que es mucho más importante que ser violonchelista". Claudio Bohórquez ha tomado nota. Sus facciones insinúan que es sudamericano, pero sólo son las improntas de los padres. Las apariencias siempre engañan: nació en Alemania. En el 2000, Bohórquez ganó el primer premio en el Concurso Internacional Pau Casals. También ha participado en el Festival Pau Casals, de Puerto Rico. Alemania, Puerto Rico, Prades. Si comparamos sus recursos, el festival de la ciudad que vio nacer a Casals, El Vendrell, es de clase turista. "I'm catalan". Ya.


Además de una alegría económica, el triunfo en la competición alemana concedió a Bohórquez el privilegio de poder tocar durante años uno de los violonchelos del maestro; el Matteo Gofriller, fecit en 1729. Los años pasan pero los premios se quedan: el Chaikovsky en Moscú; el Rostropovitch, en París. Lista de galardones con tendencia al sobrepeso: Holanda, Suiza e Inglaterra; pasaportes que le permiten someterse a la jurisdicción de directores como Barenboim, Zinman, Marriner, Blomstedt, entre otros.


Bohórquez toca el violonchelo para dejar de ser violonchelista. En vano tomar nota: quiere ser músico. Te lo demostrará cuando abras la puerta principal de su página web , un seguro de vida para la música. También descubrirás que Bohórquez desea ir más allá del sonido: con la colaboración del escultor Franz-Peter Kirchner ha diseñado una habitación como homenaje a Casals. Room for Pablo Casals combina 14 de las frases célebres del maestro con música para violoncelo, dentro de un marco escénico presidido por 14 columnas iluminadas de diferentes colores. Acentos abiertos en la obra y vida de Casals: libertad, dignidad, democracia, exilio, intuición, el violonchelo, las suites de Bach... Casals. ¿Pablo? ¿Pau? ¿Paul? Todos. "I'm catalan". No, maestro, usted es músico, que es mucho más importante que ser violonchelista. Y que ser catalán.

lunes, noviembre 20, 2006

UN CAOS ORDENADO

La adaptación de la orquesta sinfónica a los tiempos actuales es inseparable de un cambio en la arquitectura de su hábitat natural: el auditorio. Su aspecto externo debería revelarnos la certeza de que un concierto es un acontecimiento extraordinario, donde el tiempo físico pierde la línea recta que la biología nos impone, permaneciendo en vilo al abrigo de una curva que le devuelve su carácter infinitamente cíclico. La música es un caos ordenado, como la sede de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles, el Walt Disney Concierto Hall, ideado por el maestro del control de fuerzas caóticas, arquitecto del Gugghenheim de Bilbao, Frank O. Gethry. Enhorabuena.

domingo, noviembre 19, 2006

EN LA U.C.I.

Ernest Fleischmann, director ejecutivo de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles durante más de un cuarto de siglo, pronunció estas palabras en el discurso de apertura del curso de 1987 del Instituto de Música de Cleveland. Ha llovido mucho desde entonces, como suele decirse, pero la lluvia no ha diluido ninguna de las afirmaciones de Fleichsman, salvo la esencial: la orquesta sinfónica no ha muerto, aunque bien es cierto que sigue ingresada en UCI, y lo que es peor, sin que el Doctor House muestre el menor interés por su caso.

La Orquesta Sinfónica ha muerto. Larga vida a la Comunidad de Músicos. Ha muerto porque los conciertos sinfónicos se han convertido en algo insípido y predecible; los músicos y las audiencias sufren una rutina repetitiva y una programación de acuerdo a fórmulas; hay una gran escasez de directores que no sólo conozcan las partituras desde dentro, sino que sean leales inspiradores, y es igualmente grande la falta de administradores que posean visión e imaginación artísticas a la vez que responsabilidad fiscal y capacidad de negociar.

Lo que nos está matando es la consagración del invierno. Cada año acaba con la misma danza ritual, cuando intentamos hacer cambios y variar los ingredientes de un guiso basado en un repertorio orquestal bastante estándar y más bien limitado al siglo XIX y a principios del XX? ¿Es, pues, tan sorprendente que nuestras audiencias envejezcan cada año y que nuestros músicos estén cada vez más aburridos y frustrados, especialmente si la forma de dirigir el repertorio estándar tiende con frecuencia a no arrojar ninguna nueva luz sobre otra Heroica más, sobre una nueva Quinta de Tchaikovsky u otra Inacabada?

Ernest Fleischmann

viernes, noviembre 17, 2006

FASES

"Aquello que se parece más a las fases monótonas de un amor son las infatigables y sublimes melodías de los cuartetos de Beethoven"

El tiro de gracia , Marguerite Yourcenar


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martes, noviembre 14, 2006

TERAPIA PASTORAL

Un intervalo de quinta, acordado entre un fa grave de los violonchelos y un do desnudo de las violas, te abre en el pecho una ventana por donde se asoma una melodía que suena a disimulo de niño travieso. Es la Pastoral, el jardín interior de la isla de sinfonías de Beethoven.

Podría narrar paso a paso el proceso de elaboración de esta música si no fuera porque, aun y tratarse de una fórmula sin aditivos ni conservantes, su consumo no invita al entusiasmo. Debe de ser porque en estos tiempos de alta tecnología nos cuesta asimilar que un brevaje compuesto de plantas silvestres, agua de riachuelo, rayos y truenos, cantos de pájaros, sudor de campesino y arco iris, pueda deshacer los nudos gordianos de ninguno de nuestros males, ni siquiera los imaginarios.

El caso es que una vez el último acorde nos ha pellizcado las mejillas como punto final del tratamiento, enseguida nos entra añoranza de cuando su vecina, la Quinta, de cuatro precisos golpes con cuchillo de carnicero nos trepanaba el cráneo para desvelar el héroe en do mayor que, según los psicólogos junguianos, todos llevamos adentro. Y es que está científicamente demostrado por los aplaudímetros que, en el ritual beethoveniano de retirar los desechos que la cotidianidad deposita en el cerebro, antes preferimos sentir en la frente el acero afilado de la Quinta que curarnos con la terapia sin dolor de la Pastoral. Tres hurras por Leopold Masoch.


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ELVIS ESTÁ VIVO

El hombre amorrado a la chimenea del fagot es Elvis, no lo dudes. Nos lo jura el compositor americano Michael Daugherty, discípulo de las dos vacas sagradas que más genuflexiones provocan en los melómanos más osados, Boulez y Ligetti, y que utiliza iconos de la cultura popular como coartada para componer música de frac y pajarita. Dead Elvis, por ejemplo, un maridaje entre clásica y "rock and roll" apto para los bautizados en la fe de cualquier género musical.

El argumento solfeado de la obra contempla Elvis como un Fausto moderno ubicado en escenarios tan infernales como Hollywood y Las Vegas, que vende su alma al diablo, el coronel Parker, con el fin de lograr la corona y el cetro de The King. Los dos ingredientes base de la partitura han sido adquiridos por Daugherty en la sección de "delikatessen" de la historia de la música: de una parte, la instrumentación es voluntariamente idéntica a la ideada por Stravinsky en otra musical transacción diabólica de almas, la "Historia de un soldado"; por la otra, el material temático principal es una clonación de una secuencia de la Misa de Difuntos, el himno medieval Dies Irae compuesto en la primera mitad del siglo XIII por el monje franciscano Tomás de Celano:

Daugherty exige al solista de fagot de Dead Elvis que contradiga el título de la obra disfrazándose de Elvis. En cierto modo le está pidiendo al intérprete que venda su personalidad individual, -o alma, si lo deseas expresado en terminología pre-psicoanalítica,- a cambio de una fama efímera: los diez minutos y pico de vida de la partitura, cuando precisamente nos recuerda que a través de él, y del compositor, el Elvis más fàustico sigue vivo en nosotros.


Dead Elvis (fragmento).Castpost


Michael Daugherty

domingo, noviembre 12, 2006

RECOMENDACIÓN

Con un paseo por el territorio orquestal de Bela Bartók, uno los compositores imprescindibles que nos legó el siglo XX, abro esta sección donde de manera periódica recomendaré las novedades discográficas que me han conmovido, en el más amplio sentido del término.

Contrariamente a lo sostenido con reiteración por algún crítico de un peródico catalán, no es cierto que las mejores versiones de cualquier compositor surjan de las manos de intérpretes de su misma nacionalidad. Para desmontar esa patraña sólo hace falta recordar que, durante décadas, el mejor intérprete de las Suites para violonchelo solo de Bach no era alemán, sino que llamaba Pau y había nacido a pocos kilómetros de donde escribo estas líneas. Casals, claro. Este disco, sin embargo, es una excepción que confirma la regla de que no hay reglas sobre la denominación de origen en este asunto.

Bartók

Las orquestas y sus directores, también en Hungría, suelen interpretar al Bartok más étnico desde la perspectiva de una familia urbanita de clase media en un día de excursión campestre. Versiones de domingueros, en fin, donde el aroma popular que desprende una gran porción del pastel orquestal de Bartók, queda anulado por un perfume de interiores que huele a cerrado.

Fischer

Fischer y su orquesta, en cambio, nos ofrecen aquí una interpretación de camisa arremangada y sudor en la frente, donde reinan la espontaneidad, el desparpajo y una concepción del ritmo como energía revitalizadora de las raices húngaras de Bartók. No lo duden, alégrense el alma con este disco libre de toda contaminación urbana antes de que algún intérprete académico, acaso también húngaro, nos descomponga de nuevo el compositor con una versión de barbacoa de domingo.

viernes, noviembre 10, 2006

VER LA MÚSICA

Nada es lo que parece. La mujer de la imagen es un hombre: Tamaburo Bando, el más celebrado de los onnagata, hombres que interpretan papeles de mujer en los escenarios de teatro Kabuki, en Japón. Pero la diferencia de género no ha sido la única frontera abolida por el talento de Tamaburo; también ha salvado el abismo cultural que separa Oriente de Occidente mediante la conversión en onnagata de tres arquetipos femeninos del teatro occidental: Lady Macbeth, Desdémona y Medea, ...y de un arquetipo estructural de la música europea: la Suite para violonchelo solo n. 5 de J.S. Bach, interpretada en este caso por otro oriental sin fronteras, Yo Yo Ma.

La esencia del teatro Kabuki a través de una partitura con nombre de mujer que un instrumento declama con voz de hombre. Onnagata reflejado en un espejo musical europeo. ¿O es al revés? ¿Qué lado del espejo es la realidad? Preguntas que nacen de la inversión sensorial que me ha provocado esta fusión entre el misticismo oriental y la razón de occidente: he escuchado el movimiento, he visto la música. Sueño. Nada parece lo que es.

miércoles, noviembre 08, 2006

MARINERO EN TIERRA

Mi codo es un poema en latín: epicondilitis y osteocondritis disecante del capitellum. Definiciones médicas cuya traducción simultánea al lenguaje común de los mortales resuelve como "codo del tenista" y "enfermedad de Panner". El caso es que he caído en combate, víctima de los riesgos que comporta mantener alzada la antorcha de mi libertad personal. Una metáfora exagerada del simple hecho de tocar la viola, lo admito, pero es contemplándolo desde esta heroica perspectiva que me immunizo contra la depresión de no poder sentir cómo las agitadas olas de la Quinta de Beethoven, la partitura que mi codo tenía que articular esta semana, se estrellan contra la madera de mi instrumento. La aventura marina ha sido cancelada por obras de rehabilitación: quince días de tratamiento a base de corrientes, microondas y ultrasonidos. Terapias amables cuya simpatía espero me libren de una cita antipática con la cirugía. Ahora, soy un marinero en tierra.

Pirata de mar y cielo
si no fui ya, lo seré.
Si no robé la aurora de los mares,
si no la robé,
ya la robaré.
Pirata de cielo y mar,
sobre un cazatorpederos,
son seis fuertes marineros,
alternos, de tres en tres.
Si no robé la aurora de los cielos,
si no la robé,
ya la robaré.


Marinero en tierra,
Rafael Alberti

lunes, noviembre 06, 2006

QUERIDA JULIETA:

Pretendían hacer una música sin etiquetas y acabaron con las dos más comunes estampadas en la frente de la partitura: clásica y moderna. Aunque más revueltas que juntas, la mezcla no arremete contra los oídos de nadie; más bien los invita a tomar la presión de nuestro músculo más vulnerable: el corazón. La idea surgió de la personalidad inquieta del cantante Elvis Costello, tras escuchar una inquietante versión de los cuartetos de Shostakovich rugiendo en los instrumentos del inquieto Cuarteto Brodsky.

No importa el abismo cultural que les separe, los inquietos se reconocen al instante de entre una multitud de tranquilos previsibles. Les basta una excusa compartida para unirse. En este caso el imán que utilizaron Costello y los Brodsky para atraerse no fue otro que un apartado perenne del género epistolar: cartas que enamorados de todos los rincones del planeta siguen enviando aún hoy a la Julieta clásica de Shakespeare. El caso es que todas obtienen respuesta, pero no de la Julieta inmortal, sino de un Julio mortal, Giulio Tamassia, un empresario jubilado que en 1975 fundó una asociación benéfica para promocionar la leyenda de los amantes de Verona: el club de Julieta. Una ONG para consuelo de amores de un solo pasajero.

Las cartas que cantan Costello y los miembros del Cuarteto Brodsky son fruto de su imaginación, palabras inventadas cuya música teje una red de pentagramas con el fin de atrapar una porción de esa verdad mentirosa que llamamos "amor". El resultado es una ecografía del sentimiento, acaso un reflejo más fiel a la accidentada geografía del corazón que ninguna de las 75 cartas auténticas que las hermanas Friedman han recogido en su libro Letters to Juliet

.

De entre todas ellas, Lise Friedman destaca la de un niño "Escribió diciendo que había una niña en el colegio a la que llevaba los libros y que siempre le daba patadas. Entonces, el pequeño pregunta: "ya no me pega, ¿significa esto que ahora le gusto?" Pero mi subpersonalidad depresiva siente debilidad por estos garabatos de manos precipitadas:



¡Querida Julieta! Reza por mí. Estoy enamorada de un tipo que es bastante serio respecto al matrimonio pero no parece que se enamore en un futuro cercano. ¡Ayúdame! Chris.

El laboratorio fotográfico de estas palabras me ha revelado la imagen de una mujer al borde del precipicio, con un pie ya en el vacío. Dejo que sean Costello y los Brodsky los que la socorran dictándole el primer párrafo de la próxima carta que debería escribir a su amado. La última.

Thank you for the flowers/I threw them on the fire/And I burned the photographs that you had enclosed


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viernes, noviembre 03, 2006

MÚSICA DE CIENCIA FICCIÓN

Un guión para contar a los más jóvenes la historia del cine de Ciencia Ficción a través de la música, fue el encargo que recibí del Servei Educatiu del Auditorio de Barcelona. Mañana lo representamos por tercer año consecutivo y, según dijeron, también habrá una cuarta oportunidad la próxima temporada.

Mahler dijo una en una ocasión: "En la partitura está todo, menos lo esencial." En mi guión también está todo, menos lo más esencial: la confianza de Joan Oller, la sabiduría de Assumpció Malagarriga, la eficiencia de Imma Bandera y Mireia Jardí, la música de John Williams, Bernard Herrmann y Ligetti , entre otros compositores; el sonido alegre de una Orquesta Ciutat de Barcelona y Nacional de Catalunya en el amanecer de un futuro prometedor, la dirección talentosa de Virgínia Martínez, el timbre de voz vibrante y acogedor a la vez del actor Enric López, el genio discreto de Víctor Estrada cuando hace sonar su mágico theremin, la creatividad de los técnicos de iluminación, y, de manera especial, dos poemas inéditos (aunque por poco tiempo, pues pronto estrenarán casa de papel) del escritor catalán Jaume Subirana. A todos ellos, los esenciales de este concierto, muchas gracias.


L'Auditori


Concerts en família


Música de Ciència Ficció



Sábado, 4 de noviembre de 2006 (10:30 h., 12:30 h.)